Capítulo 42. El primer bautizo de la familia.

Por fin había llegado el día del bautizo del pequeño Diego II. Para el bebe tan solo sería una fiesta de adultos, pero para los padres del niño, sería un gran acontecimiento, pues hasta hoy ningún Di Napoli había sido bautizado. Quizas por tradición o por flojera de los adultos, el caso es que  hasta hoy ningún adulto había querido bautizar a sus niños.

Los jardines de la casa de Susan, estaban totalmente preparados, solo faltaba que el catering llegara, y que los invitados fueran haciendo acto de presencia. 

La familia ya estaba vestida para la ocasión, un retoque por aquí, y retoque por allá y ya esta, todo preparado!!



Adriano: Mamá que haces?? ya estas lista??
Susan: Si hijo!! ya voy!! Estoy comprobando que todos los platos estén limpios y bien colocados!!
Adriano: Vale!! te esperamos en la entrada, creo que he visto llegar una de las limusinas!!
Susan: Ya voy!! Será la Gran Emperatriz, les dije a los conductores de las limusinas que fueran trayendo a los invitados por rango, dejando para el final a la Reina y su esposo!! Ya voooyy!!

Por fin ya estaba todo preparado. La familia Di Napoli se preparo en la puerta para recibir a los invitados por orden de llegado, como Susan había dispuesto, no sabía si el orden era el correcto o no, pero prefirió dejar a la reina para la última, para que su espera fuera menor.

La primera limusina hizo su entrada en las puertas de la casa. De ella bajo, una guapa e imponente vampiresa...






... Doña Airis, Gran Emperatriz, vestida con vestido de época y pendientes a juego, muy a sintonia con el entorno y el lugar de la celebración. Según los críticos, un vestido muy bien escogido para la ocasión.

Los encargados de la celebración, acompañaron a Doña Airis al lugar donde se sentaría durante la celebración. 

Una vez sentada la Gran Emperatriz, dieron paso a la siguiente limusina. De ella bajo...





... una joven y guapa Princesa de Simsi, Doña Keiko. Con una tiara de diamantes y oro blanco con pendientes a juego, y un bonito traje de seda en celeste.

La Princesa de Simsi fue acompañada al lugar que ocuparía donde la celebración. Y por fin, dieron paso a la limusina de los invitados mas esperados del día...





S.A.R. la Reina Doña Nicoletta I De Simsburgo y Duquesa de Servalia Grande de Simsburgo y su esposo S.A.R. el Príncipe Consorte de Simsburgo y Duque de Servalia dos veces Grande de Simsburgo Don Scott Macklamoor. Ella con la corona familiar, una corona de diamantes y rubies engarzados cuidadosamente en oro blanco, con un vestido de seda en tonos claro, muy apropiado para la ocasión, y el con chaquet de color oscuro con cuello mao, muy conjuntado y acompañado con una bonito pañuelo de seda en blando que en el bolsillo de su chaqueta.

El encargado de sentar a los invitados, los acompaño hasta el sitio preparado especialmente para ellos. or fin todos los invitados estaban sentados en su lugar y llegaba la familia Di Napoli con el pequeño Diego II, futuro ahijado de la Reina y su esposo.





La celebración comenzó muy tranquila, el tiempo acompañaba, para ser verano, no estaba haciendo excesivo calor, y hacia una temperatura muy agradable. De vez en cuando corria una pequeña brisa, que ayudaba a los asistentes a llevar mejor la celebración.



Todo iba transcurriendo con normalidad, la celebración estaba siento todo un exito, los invitados parecian estar muy agusto y el niño estaba muy tranquilo, tanto que ni siquiera lloró cuando la reina lo tomo en sus brazos.



Cuando el niño por fin quedó bautizado, todos los invitados se levantaron y se dirijieron al lugar donde comerían y bailarían en resto del día.

Patricia acompaño a su hijo, a la cuna que cuidadosamente había preparado Susan, en un lugar bajo los árboles resguardado del sol, aunque era inevitable, que durante unos minutos el sol quisiera bañar al pequeño con sus rayos.



El menú del bautizo, había sido cuidadosamente seleccionado, para intentar que todos los asistentes quedarn satisfechos:



Los invitados empezaron a comer, y todos parecían contentos con el menú. Salvo por un pequeño percance que tuvo Adriano con una brocheta de paté, todo, salió muy bien.

Tras la fruta elaborada, los lingotes de turrón y profiteroles con chocolate y las yemas Reyna, los invitados pasaron a la pista de baile...



Todos esperaron al rededor de la pista, hasta que la Reina y su marido, comenzaran a bailar. Una vez dieron sus primeros pasos de baile...



... el resto de invitados, paso a la pista y se pusieron a bailar, todos en armonía con la música.



 Como es normal en las fiestas, todos se despendolan un poco a la hora de bailar. Todos los alrededores del lugar de la celebración, estaban acotados por la policia de Monte Vista, para asegurar la protección de tan ilustres invitados, por lo que tampoco había paparazzis por la zona, y los invitados, se dejaban llevar por la música.











De repente en la pista se escucho una voz que se quejaba.



Doña Nicoletta I: Oohh Scotti!! te hice daño??
Don Scott: No querida!! Pero casi me sacas el ojo con la barbilla!!
Doña Nicoletta I: Oohh querido!! Es que me pareció ver un abejorro que venia hacia nosotros y al mirar hacía arriba mi barbilla se elevo junto con mi cabeza!!
Don Scott: No pasa nada querida, yo te quiero igual!! Sigamos bailando.

Despues de aquel pequeño incidente sin importancia, la fiesta siguió durante horas. Los invitados se lo estaban pasando muy bien, comieron, bebieron y bailaron durante horas, con toda la tranquilidad que la familia Di Napoli les había proporcionado.



Antes de que los invitados se fueron, Patricia se acerco a hablar con lo monarcas:



Patricia: Alteza, a sido un honor para nosotros que haya aceptado venir hoy. Se que su agenda esta muy apretada. Antes de irse, le gustaría hacerse una foto con su marido y su ahijado??
Doña Nicoletta I: No hubieramos faltado a este evento por nada del mundo. Los Di Napoli habeis dado problemas a la corona, pero tambien nos estais dando alegrías. Por supuesto que quiero hacerme una foto con mi ahijado!! Donde nos colocamos??
Patricia: Pongase ahí con su marido, y coja a mi hijo para la foto por favor.



A la Reina se la veía feliz con el pequeño en sus brazos. Sus hijos eran ya mayores y hacia tiempo que no cogía a ningún bebe en brazos. Se la veia tan guapa en esa foto...

Al terminar la foto de la Reina con el niño y su esposo, todos los invitados se pusieron juntos para hacerse una de recuerdo de aquel día.



Todos habían quedado muy satisfechos del buen trato que habían recibido por parte de la familia Di Napoli, y habían quedado encantados con la comida y bebida que se habían servido en el evento. 

Las cosas no podrían haber salido mejor...